Apunte sobre el detective Lew Griffin y el comisario Soneri
Dos personajes que, por esas cosas de la vida y del trabajo, me ha tocado en suerte conocer más allá de la lectura dilettante.
Con ambos he entrado en ese juego casi adivinatorio que goza el traductor en determinadas ocasiones. Adivinatorio porque la generosidad del autor te otorga la ventaja, puede que sin darte cuenta, de entrar en una especie de tierra de nadie y trasladar el personaje a otra lengua desde su propia perspectiva.
Dos personajes tan diferentes, el detective Lew Griffin y el comisario Soneri. El primero norteamericano, negro en Nueva Orleans, la ciudad del blues, y el otro italiano, blanco y en Parma, la ciudad de Verdi y Toscanini. Y dos ciudades atravesadas por un río.
Griffin revoloteando siempre alrededor de la pérdida de un ser querido: su hijo, su madre, su amante, su amigo, hundido en la búsqueda de lo que no encuentra, en el tiempo que escapa, y vuelve, siempre inasible y caótico. Soneri remontándose al pasado para resolver enigmas del presente que lo implican y le afectan en primera persona mientras añora a los que se fueron.
Dos espíritus solitarios, caminantes que anhelan rellenar carencias. El primero, al ritmo de un blues tocado con sordina y, el segundo, del sobresalto de la música estridente de la Aída crispante con la que le suena el móvil.
Si desea comentar este artículo, puede hacerlo con el siguiente formulario. Tenga presente que cada comentario debe ser validado por la editorial antes de aparecer en la página, por lo que no espere verlo publicado de inmediato.
Gracias por su participación.
Poliedro Editorial, Via Laietana, 6, entlo. 3ª, 08003 Barcelona
copyright © 2005-2006 Poliedro - Todos los derechos reservados.
Distribuidores | Información legal | Cómo comprar |
Portada | Catálogo | Cuaderno | Contactar